lunes, 20 de julio de 2009

Conferencia de Graciela Frigerio.

Tuve la oportunidad de presenciar la Conferencia de la Dra. Graciela Frigerio, en el marco del ciclo “Socialización de experiencias”, organizado por el Ministerio de Educación de Santa Fe.
Rosario, 10 de junio de 2009. Auditorio Príncipe de Asturias. Centro Cultural Parque de España.
HUELLAS, TRAZAS Y TRAZOS PARA PENSAR CON OTROS.
1ª parte:
Hay un saber que se hace día a día en las aulas, que está en los recreos...este saber tiene que ponerse visible, salir de los pasillos, de las cocinas internas (diferente a las cocinas institucionales).
A cuántos nos gusta leer? Pero, para que alguien lea tiene que haber alguien que escriba. A cuántos nos gusta escribir? A quién no le gusta recibir una carta de amor? Alguien la tiene que escribir. Cuántos escritos escondidos en cajitas, en cuadernos! Cuántas veces escribimos un diario íntimo! (lo leían las amigas, se escondía…)
Había ahí unas trazas. Algo personal e íntimo. Algo pasó que esa actividad de producción, de registro, de dejar trazas (como alivio y desahogo), hechas sobre lo íntimo….se detuvo.
¿Qué pasó con esos maestros que escribían sobre lo que pasaba en las escuelas? Hasta 1930, los docentes argentinos hacían traducción de teóricos y discutían filosofía, pedagogía... Había interpretación. Los educadores eran los teóricos. El educador que producía se interrumpió. Después vino la división entre niveles de ejecución y maestros. Habría que atenuar o superar la fractura..
Hay una idea en Santa Fe, en el Nodo: alentar la producción de una escritura. Es invitación para el que tenga ganas de escribir, acompañando esa escritura. La expectativa es que a comienzos del año que viene sean visibles las escrituras. La idea está puesta, si no la tomamos, se cae.
Winnicott (célebre pediatra y psicoanalista inglés) trabajó con niños. Se dio cuenta que un niño podía tener lo necesario para vivir, la necesidades básicas cubiertas, pero ésto no es suficiente para la vida. Los bebés huérfanos de los hospitales (bien cuidados) se morían porque no había otro que pusiera su deseo en ellos. Winnicott llamó “objeto transicional” a aquél que suple las funciones de la madre cuando ella está ausente, sobre todo a la hora de dormir o en momentos de hastío: un trapito, un osito. Es un objeto que el adulto puso ahí. Pero no se define todo con que el adulto lo haya puesto. El niño puede tomarlo o no. El objeto no es transicional si no es importante.
Cuando educamos ponemos el objeto transicional; pero, hay que sostener la importancia. Excepcionalmente alguien puede decir “no lo veo” (al objeto transicional), También hay que bajarse de la posición omnipotente para que alguien lo tome. No es obligatorio tomar la idea de escribir, es una invitación. No hay juicio sobre nosotros si no lo tomamos. Hay que hacer visible lo que hacemos, más allá de la gestión. ¿Cuál será el dispositivo? Veríamos entre todos cómo le damos visibilidad.
Son tiempos muy ásperos (dicho cariñosamente). Teóricamente, algunos dicen que el lazo social está difícil (en realidad, el mundo se cae a pedazos). Volver a apostar a vivir juntos, exige un trabajo. La posibilidad de proyectos comunes está muy obstaculizada.. Lo común no es todo igual: es bancarse la diferencia.. Algunos teóricos (entre ellos, Enríquez) dicen que estamos desandando el camino de la humanidad.
Entendiendo que la pulsión de muerte, separa y la pulsión de vida, junta, y que ambas deberían andar juntas….observamos que en estos tiempos, la pulsión de muerte anda sola. Estamos letanizados, queremos pensar pero, nos aterra.. Hay conformismo. Pensar no es tan fácil. No es una pavada. Es un modo subversivo de ver el mundo. No hay tantas seguridades ni certezas. Si hay tantas certezas, no pensamos. No puede exigirse al sujeto singular. Hay que pensar en grupo
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Voy a leerles memorias de alumnos. Son cartas a sus profesores, a los que les han cambiado la vida. Llevan diez años de haber sido escritas, en Francia:
“Estimado profesor: gracias por haberme llamado por el apellido durante un año y de haberme enviado al ortofonista que no lo necesitaba. Yo le tenía miedo a Ud. Por eso, no podía escribir sin errores. Gracias.
Juancito”
Hay trazas que no queremos recordar. Impensable una escuela que no deja huellas…
Otra carta (6º grado):
“Querida señora: ud fue mi mejor maestra. Yo decía “papá” al salir del jardín. Ud. me dijo que al terminar 1º grado yo diría más palabras. A ud. le dije mi segunda palabra: “señora”. Al terminar 1º grado yo decía 50 palabras y leía a mis compañeros. Ahora en 6º me las arreglo bastante bien”
Otra carta, de una señora de 37 años:
“querida señorita: su nombre de pájaro me encantaba. Ud. de pajarito no tenía nada. Ud era fuerte. Yo era la portuguesa que no hablaba bien y hacía reír, la que tenía rabia en las tripas. Pero, ud. me domesticó. Sobre todo su mirada positiva que me dio confianza-dale, hacelo que lo vas a lograr-. Encontré mi camino. Ud me ayudó a definir mi camino: Iba a ser maestra. Ahora enseño; trato de poner sobre mis alumnos su mirada. Gracias por poner tantas piedras en mi construcción. Gracias por creer en mí cuando yo no creía”.
Otra carta: la escribe Albert Camus (Premio Nobel de Literatura):
“Estimado Sr. X: Cuando supe de este premio pensé en mi madre y en Ud, su enseñanza, su ejemplo, Su esfuerzo y su trabajo están siempre vivos. Lo abrazo con fuerza.”
Otra carta: de un niño de 14 años.
“Querida Sra: hace muchos años que nos soy su alumno. Ud fue mi primera maestra, la mejor. El arte de pintar, dibujar, cantar, o atarme los cordones lo aprendí con Ud. No soy un as en todo eso; pero, me las arreglo bastante bien. Gracias a ud. tengo un dulce recuerdo. Ud. es modelo. La admiré siempre.”
He tenido encuentros con maestros que me sacaron de la pesadilla, de la inhibición. La Sra. de Mercado nos hacía sentir que podíamos. Ella esperaba que lo lográramos. Ella me convenció que a mí me gustaba escribir: y yo en los dictados me sacaba….-4, no llegaba al cero por las faltas de ortografía. Me instaló el placer de trabajar, el placer del esfuerzo. Ella seguro, como nosotras no escribió sus historias. Pensar necesita sensibilidad, intuición, con palabras que sean discutibles, con conceptos. Nos acompañaremos en esta tarea de escribir….
Algunos conceptos:
¿Por qué escribir?. Roger Chartier, historiador de libros, autor de “Inscribir y borrar” dice que el temor a la pérdida fue el temor de Europa en el siglo XVIII. Entonces escribieron. El escrito conjuró la ansiedad de la pérdida. Escribir para no perder, para dejar huella.
El primer ejercicio de escritura es escribir todo, lo que vemos sin pensar en teoría (aunque esté), con todo lo que se acumula. Después uno decide donde profundizar.
Escribe Gaude “El sol de los Scorta”: Es la historia de los hijos de un hombre rico que muere y que decide que sus hijos no hereden nada. Van a Nueva York, buscando una vida. Pero, cuando llegan, la hermana tiene gripe y no pueden ingresar. Vuelven a Italia. En el viaje conocen a un hombre que les cuenta en detalle cómo es Nueva York. Y deciden decir en el pueblo, que estuvieron allí. Al pueblo le cuentan todo lo que “vieron”. Una tarde, después del almuerzo, uno de los Scorta dice: en el pueblo somos llamados los taciturnos, hijos de la muda, que tenemos la boca para comer solamente. Estemos orgullosos. Pero este silencio que sea sólo para ellos. No, para nosotros. Quizás muera aquí viendo sólo estas colinas. Pero, lo que uds. saben, cuenten a mis hijos, cuenten un recuerdo, un saber, un secreto. Sin esto, nuestros hijos serán ignorantes del mundo.
Los Scorta dicen al menos hablemos una vez, para dar un consejo, para transmitir, para no ser simples bestias.
Una vez escribir para inscribir.
-----------------------------------2ª parte: ----------------------------------------------------
Recuerdos y memoria no se pueden trabajar sin olvido. Uno escribe para no olvidar pero no hay garantía de que será así. Porque lo que queda a veces es muy doloroso. A veces queremos olvidar, a veces queremos recordar. El olvido tiene mala fama. Olvido es diferente a censura. Censura es te impido recordar, te obligo a olvidar, no quiero que te acuerdes. Acá hubo políticas anti-memoria, prohibición de memoria.
Derridá (filósofo contemporáneo) dice: hay países antiarcónticos, atentan contra el trabajo de memoria. Son políticas obras del diablo. Prohibición del recuerdo: en consecuencia, sufrimiento.
En cambio, el trabajo conjunto de olvido-memoria es diferente: lleva al registro. Si no testimoniamos es como si no hubiera existido.
Nietzsche (filósofo alemán, siglo XIX): hay un olvido creador.
A veces es insoportable no poder recordar. El recuerdo se escabulle, va al inconsciente. Otras veces cae involuntariamente la ficha de la memoria. A veces no queremos recordar. La teoría freudiana dice que hay un primer momento en la vida, en los primerísimos tiempos, en que hay una prohibición del recuerdo.
Escribir no significa dar textualidad totalitaria exacta como lo hacía “Funes el memorioso” (Borges).
Freud nos habla de la “Novela familiar del neurótico”. Cada uno escribe en su aparato psíquico. Recuperamos la historia familiar con el relato: seguro que soy adoptada, mis padres deben ser ricos, buena gente, Recuperamos la historia con trazos, huellas de cada uno de los otros. De la historia de cada familia cada uno tiene una diferente versión. Porque cada uno escribe su propia historia, historieta o novela con un plus de fantasías, deseos, tramitaciones psíquicas.
Cada escuela se cuenta su novela. No necesariamente como libros best sellers, sino como historias de amor, policiales, de ciencia ficción. Cuál es la verdadera? Cada historia da cuenta de cómo cada grupo, de acuerdo a marcos conceptuales, inscribe la historia de la institución. La institución está hecha de muchísimas maneras. No necesariamente, los escritos deben conceptualizar. Se pueden tener en cuenta los conceptos, o no. Todo es ficción, las teorías son ficción. Nada es sin el sujeto. Las teorías son focales, fechadas, aprehenden la realidad. La palabra concepto viene de “garra”, lo que atrapa, lo que agarra. Atrapar la realidad. Es epocal. No agarra toda la realidad.
Pontalis, autor de Diccionario de Psicoanálisis, dice que necesitamos de los conceptos. Pero, que cuidemos que no nos atrapen, si no veremos sólo una parte de la realidad. Esto pasa cuando nos rendimos a la moda. Hay pertenencias o pertinencias?. Cuesta romper el cerco del paradigma anterior.
A Freud, la estética le permitió ver el inconsciente. No tomemos el concepto como palabra santa. Algunos nos encariñamos, nos hablan más. También hay que mantener vigilancia. Acá aparece la figura del contradictor. Freud decía que si no tenía un contradictor caería en un monólogo. “Si no está, me lo imagino”, decía, y así escribía.
El contradictor te lleva a argumentar. Lo perdimos en educación. Nos atamos a teorías. Escribamos forzándolas. La verdad tiene que ir a la teoría y preguntar. Usamos palabras ya sin contradictor. De grande uno se los inventa. Hay que tenerlos amistosamente. Nos acorralaron; nos hemos dejado acorralar. Si me dicen algo de lo que hago me siento horrible. No podemos discutir sin ser carniceros. A lo mejor lo que a mí me cierra, a otro no. Hay que aprender que nos puede pasar y así dar paso al diálogo. Mantener una cuestión por conformismo es aburrimiento, es mortal para un mismo. Derridá decía: “el contradictor es vigilante”. Estamos encariñados con cosas del pasado. No tengo que perder la oportunidad de lo nuevo (que puede ser una porquería), porque nunca es nuevo totalmente.
Formemos comunidades de metacognición. Discutir con otro que piensa totalmente diferente, obliga a descubrir dónde falta el argumento.
La escritura es una tramitación-elaboración. Pero, no significa un final feliz. Cuando unos piensa se hace sobre un fondo de pérdida, o de olvido. Qué se recuerda, en contraste de qué se olvida. ¿Qué se cree que se aprende?¿Qué se inscribe para algunos sujetos?
Veremos un vídeo donde a igual pregunta hay diferentes respuestas. Veremos diferentes sentidos a la pregunta, a través de las respuestas. La pregunta es ¿Cuál es su primer recuerdo de infancia? Veremos en cada respuesta qué le interesa a cada uno recordar. La pregunta se hizo a hombres y mujeres de diferentes grupos etáreos y de diferentes países:
Recuerdo mi nacimiento. La sensación de la primera luz que me siguió mucho tiempo. Aunque no me crea (hombre de 41 años, Francia)
Recuerdo una cama, los brazos de mi madre, sus pechos, su olor, su piel blanca (hombre, Méjico)
Cuando nació mi hermano. Mi padre lo alzó en los brazos (hombre, Cuba)
A los 3 años y medio salté una escalera. Tengo una cicatriz. Papá me levantó en sus brazos. Color rojo de la sangre (Mujer, Rumania)
Sería una madre creyente y si me primer hijo nacería varón tendría cuatro. (Mujer, Rwanda)
Quería una hermanita para martirizarla. Le hablaba a una cigüeña en un lago. Mi madre me oyó y vino la cigüeña. (Hombre, Rumania)
Jugaba en el campo con mi hermana de 4 años. La veo perfectamente. Luego, estuvo enferma en cama. Ella me decía: “estaré contigo en primavera” (Hombre, Irlanda)
De pequeña siempre enferma, con tos, asma. Tenía que estar en el hospital. No quería, lloraba y respiraba peor Papá dijo al doctor.: “me la llevo a casa”. Pensé que él me quería mucho. (Mujer, China)
Mi papá me quería (Mujer, Mali)
Pasé dos horas en primaria, a los 9 años, pidiendo un besito. Me lo dio y me fui muy contento (Hombre, Cuba)
Mi primer día de escuela:1º de setiembre, después de la 2ª Guerra Mundial. (Hombre, Servia)
En la escuela. 1º vez que estaba allí. Tenía mucho miedo de que me pegaran los niños. Me escondía (Mujer, China)
No quería ir a la escuela. Mi tío me dijo que si no iba, abandonaba a mis hermanos; yo era el mayor (Hombre, Tanzania
No tenía sueños. Iba al campo a trabajar. No podía soñar. No había oficios, carreras. Mis padres no me dejaban ir a la escuela. Había que trabajar. Discutíamos. Todos mis hermanos alcanzaron alguna carrera. Yo sin nada. (Mujer, Rumania)
Han visto que todos miraban algo. Las primeras huellas. Recuerdos muy vinculados al modo en que el cuerpo del otro se hace presente: cuando me alzó, el olor, el color de la piel. Primera cuestión de recuerdo emparentada con el holding (Winnicott). En el útero no se sufre gravedad. Cuando se sale de allí….¿pánico de qué?: de caer en el vacío. Antes el líquido amniótico contenía. El niño es abarajado. El adulto aparece con el niño como aquél que contiene, baraja, sostiene: esto es “holding”. Porque no había holding, decía Winnicott que los bebés morían en el hospital. Se necesita otro, ser abarajado. No es sólo el cuerpo. Cuerpo es alma. Hay una primera huella que se inscribe fuerte en el aparato psíquico. Si esa primera inscripción, que es tan importante, no fue del orden del placer, se puede tramitar, elaborar. Nadie está condenado. Para éso está el análisis.
La escuela abaraja en lo social, es agarrar o tener. Hay formas de tener muy apretadas, o muy sueltas, blandengues; pero, no implica por éso que no sea bueno.
Winnicott dice que un niño para tenerse un pie necesita una madre lo suficientemente buena. Algunas traducciones dicen que debe ser adecuadamente buena o sea, que el grande pueda hacerse cargo de la angustia de un niño. Un niño tiene desde pequeñito la angustia de caer. Necesitan confiar o no pueden vivir. ¿Qué hacemos con la confianza, con las características de los holding?
Seguimos viendo vídeos:
· Espero que mis hijos tengan en cuenta la educación familiar. No pueden quedarse atrás, transmitir la tradición, el honor. (Hombre, Mali)
· Aprendí a desaprender todo lo que me enseñaron (Mujer, Gran Bretaña)
· Aconsejo y transmito a mis hijos lo que sé, si no peor para ellos (Hombre, África)
· No sabes cómo serán tus hijos. Mamá intentaba ser estricta. Me hice punk. Fue difícil, pero lo hice (Mujer, EEUU)
· Cuando me fui de casa mi madre me dijo “no mires a un borracho a la cara”. ·(Mujer, Gran Bretaña)
· Mis padres fueron rigurosos al extremo. No se puede hoy ser así. Diálogo es necesario. (Hombre, África)
· A un hijo no se le enseña, aprende solo, a medida que crece. No es útil imponer principios estrictos. (Hombre, Pakistán)
· Recibí amor. Éramos pobres. Era amor verdadero pero no bastaba para un buen futuro. Recibí amor de mis padres. (Mujer, Nepal)
· No aprendí nada de mis padres. Me daban tres comidas al día.
· Mi madre me enseñó a cocinar (Mujer, Etiopía)
· Aprendía a secar semillas, a buscar agua, a recoger miel de las colmenas (Hombre, China)
· Mis padres me dieron mala educación porque no tenían medios. Muchos hijos es negativo. (Hombre, Rwanda)
· No quiero que mis hijos sufran en la mina. Que estudien. (Hombre, Bolivia)
· La escuela es cosa buena (Hombre, África).
· Papá me enseñó a cuidar las cabras, juntar el agua. Hoy soy feliz así. (Hombre, Etiopía).
· Espero que mis hijos estudien para poder irse. El trabajo da dinero. En el campo no hay esperanza. (Hombre, China).
· Lo más importante son las relaciones humanas. La armonía, comunicarse. (Hombre, Japón).
· Entre los chicos y las chicas no hay diferencia. (Mujer, Indonesia).
· Tengo una hija de 20 años. Enseñar el poder de guiar sus destinos. Que no renuncie a sus principios, deseos y sueños por otros, si no la vida no sirve. (Mujer, Túnez).
· No la casaré. Sufrirá. (Mujer, Nepal)
· Le enseño a mi hija a ser mujer. Y los varones que ayuden en la casa. (Mujer, Argentina).
· NO hacía caso a papá. Él me decía que debía cocinar, limpiar, cuidar la siembra. Si haces todo tu marido no te pegará. (Mujer, Etiopía).
· Respeto a otros y a mí mismo. (Hombre, Francia).
· Fui con mi madre a casa de una mujer que arreglaba nuestra ropa. Le pregunté con voz fuerte si ya estaba mi ropa; yo era un niño y le hablé gritando. De regreso mi madre me metió en un canasto y me echó agua con la manguera. Me dijo “¡por qué no hablaste con respeto!”. (El protagonista se quiebra, se dificulta su respiración, manifiesta angustia, casi no pude hablar…). Así me enseñó respeto mi madre. (Hombre, Nepal).
Se pudieron observar diferentes posiciones. Registros de mandatos familiares. Las huellas no son inmovibles, se pueden tramitar…Esas huellas son holding pero hay que elaborarlas. De las huellas, del pasado, de lo perdido se trata de hacer otra cosa. Vivir no es existir.
El primer holding es del orden del cuerpo y se simboliza, por ejemplo en los brazos. Después ese holding es el de la mirada, ser mirado. Hay otro holding, que algunos llaman envoltorio sonoro: es el lenguaje, la voz. Después, uno no tiene nada de eso afuera: está todo adentro, es interno.
En las instituciones escolares: ¿quién hace, cómo hace el holding del que hace el holding?.
En la escuela hay tramitaciones políticas y sociales: quién apoya, quién sostiene, quién apuntala al que apoya, sostiene y apuntala?
La mejor respuesta la hace Leonardo Da Vinci (siglo XVI). Él pinta un cuadro donde se ve a una mujer sentada en una piedra. Sobre las rodillas de ella, se sienta otra. Esta segunda mujer está en actitud de rodear con los brazos a un niño que está aprendiendo a caminar. Ella está alerta a los movimientos del niño. Y el niño toca la oreja de un cordero. Los personajes son Santa Ana, Santa María, el Niño Jesús y el cordero del sacrificio. Pero, al margen de esta aclaración hay una Santa Ana que mira a Santa María y ésta, que mira al Niño y éste mirando al cordero.
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En términos institucionales, uno podría pensar que esto podría ponerse en práctica: que alguien me mire, me dé apoyo, me abaraje. Estamos los grandes para no dejar caer al niño. Sería lamentable dejarlo caer porque no hay nadie que me agarre. La respuesta en la institución es que cada uno es holding del holding que sostiene al niño. El holding es entre pares, entre grandes.
De ahora en más…a escribir! Escriban diciéndole a todos “hagamos holding mutuamente”.

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