viernes, 7 de agosto de 2009

Mis niños

Ya saben...soy maestra. Pero, no es de mis alumnos que les quiero contar. Es acerca de mis propios niños: de mis hijos y de mis nietos.
Mis hijos. Ellos le dieron sentido a mi vida: si para algo nací fue para ser mamá. ¡Qué bendición cada vez que sentía la vida de ellos latiendo en mí!. ¡Qué inmensa alegría saber que renovaría aquel hermoso sentimiento de ser mamá otra vez!. Con cada espera, con cada nacimiento, mi espíritu se agrandaba y se sacudía, mi ser desbordaba de emoción, mi rostro no encontraba expresión para delatar mi alegría. Mis palabras no podían describir ese momento...
¡Cuánto les debo!. No soy ésta si no es por ellos. Crecer, madurar, probar, ensayar, decidir y cuántas cosas más y tan importantes fueron haciendo mis hijos mientras yo los miraba de reojo. Cuántos almohadones eché en su camino por error, por amor...
Cuántos abrazos y besos recibí pidiendo perdón, o por la satisfacción del logro alcanzado, o por el temor de lo que llegaba, o porque sí.
Pasamos muchas cosas juntos. Hoy tengo con cada uno una relación singular.
Con Rodrigo hablamos de economía; sabemos poco y nada pero ya arreglamos el país.
Con Maxi hablamos de las relaciones familiares, ésas que tantas veces le provocaron asma (ya no)
Con Melina hablamos de educación, que aunque no se lo escuché decir, es su pasión.
Con Melisa hablamos de nuestra casa, donde vivimos. Ella es mi brazo derecho.
Con Romina hablamos, como ella lo define bien, de "la vida".
Y cómo si todo ésto fuera poco, mis nietos.
Con Lucas en los brazos sentí lo que es ser abuela. No sabía que después de haber tenido cinco hijos, pudiera "estrenar" un sentimiento.
Elías es todo ternura, y cuando conversamos no sé si tengo 7 años o él es un adulto.
Fabricio, criado en casa...qué comunión con este nieto!
Gonzalo, está tan pero tan lejos...pero, es el que más se durmió en mis brazos, el que me deja un nudo en la garganta...
Nahuel el que más a raya me tiene...y es que las abuelas somos cargosas!
Cielo...ella viene en camino. Llevará el nombre que sugerí (y que su hermanito Elías, eligió). Con ella sé lo que es amar a una nieta.
Y mi 7º nieto, también en camino (nena o varón), me tiene acá, a la expectativa queriéndolo desde ya y deseando que viaje hasta nosotros en cuanto crezca, para mimarlo.
Vieron cuánto recibo de mis niños! Este domingo y todos los domingos de nuestra vida, abrazaré a todos mi niños con el corazón. Sin saberlo, ellos serán los que me harán un regalo, el mejor regalo que puede recibir un ser humano: la fuerza del amor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

te felicito por tu blog y es muy lindo lo que escribiste. te mando un beso y nos vemos pronto, los extraño a todos.nancy de armas

María Teresa Salmerón dijo...

Naaancyyyy!!!! Y cómo va la facu? Ya te falta poco para festejar!!! Gracias por tu comentario! Cómo se extraña la gente del club, eh? Ya falta poco para el verano! Un beso a todos.